Aunque resulte muy difícil establecer un orden absoluto puramente objetivo que sitúe a la Web en el primer puesto del ranking, indiscutiblemente sí estaría entre los inventos más importantes del siglo XX, y no solo de ese período concreto sino también de toda la humanidad.
La Web ha cambiado nuestras vidas totalmente, facilitando la conexión entre distintas personas desde cualquier lugar del mundo, haciendo accesible una cantidad de información impensable tiempo atrás y permitiéndonos participar en ella tanto como consumidores de esa información como en calidad de creadores y productores de parte de ella.
En consecuencia, algunos hábitos de comportamiento se han modificado en gran medida, pues gran parte de las horas que antes empleábamos en el mundo real las dedicamos ahora al mundo virtual. Por ejemplo, con la comunicación a través de las redes sociales, las nuevas formas de búsqueda de empleo, la teleformación como alternativa a cursos realizados en modalidad presencial, la investigación sobre determinados servicios y productos para informarnos antes de adquirirlos, el propio proceso de compra (como puede ser
a la hora de planificar un viaje), la solicitud de citas para llevar a cabo numerosos trámites (acudir a médicos, renovar el DNI, pasar la ITV...). Hemos llegado a una dependencia importante que nos lleva a buscar casi cualquier tipo de información en la red, para saber más sobre algo, localizar un lugar o establecimiento, conocer la opinión de otra gente e intercambiar impresiones en foros, leer prensa sin necesidad de hacer inversión económica, consultar boletines oficiales (BOE, DOG...; leyes, convocatorias, oposiciones...), solucionar múltiples problemas a distancia, presentar matrículas y otro tipo de inscripciones, etc.
Definitivamente, la Web influye en nuestras vidas de un modo muy significativo. Y la tendencia en el futuro evoluciona en línea ascendente, de camino a concederle un protagonismo todavía mayor sin duda.
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